Para conocer el origen de los nombres de dominio debemos remontarnos a la tierna juventud de Internet, cuando este recibía el nombre de ARPANET y estaba formado por apenas un puñado de ordenadores interconectados.
Antes de usar este sistema de dominios, todos los ordenadores de ARPANET estaban registrados en un archivo llamado hosts.txt que se sincronizaba en todos los ordenadores que formaban parte de la red. De esa forma todos conocían las direcciones de todos.
Pronto descubrieron que este sistema era poco eficiente y decidieron centralizar el archivo en un solo servidor, hecho que al poco tiempo, y a medida que iba creciendo ARPANET, tampoco tendría demasiado éxito ya que se producían continuos errores de sincronización.
Ante esta situación, los ingenieros Paul Mockapetris y Jon Postel propusieron crear un sistema de nombres de dominios que administraría el Departamento de Defensa de EEUU.
Este sistema permitiría asociar los nombres de dominio previamente registrados, a direcciones IP de los ordenadores conectados de una forma más sencilla.
Esa fue la semilla de lo que más adelante se convertiría en Internet y que, básicamente, mantiene el mismo concepto actualmente.
A raíz de esa nueva organización por nombres de dominios, se añadieron las extensiones de dominio que permitirían catalogar y estructurar mejor el uso que se hacía de los distintos dominios.
Así, en 1985 se comenzaron a usar seis extensiones de dominio que todavía hoy continúan vigentes: .com (comercio), .net (infraestructuras de red), .org (organizaciones), .gov(gobierno y entidades públicas), .mil (Dep. de Defensa de EEUU) y .edu (servicios de educación).
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